Cultura Navarra y Policía Nacional Organizan una Jornada sobre Protección del Patrimonio Histórico en Navarra

El pasado martes, 23 de abril, tuvo lugar en el salón de actos del Archivo Real y General de Navarra una Jornada sobre Protección del Patrimonio Histórico, organizada por la Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana en colaboración con Policía Nacional, con el objetivo de compartir la metodología e instrumentos de información que ambas administraciones intercambian para procurar el mejor control y protección del patrimonio cultural

El encuentro, fruto de la colaboración técnica en la defensa y protección del patrimonio histórico, supone un importante hito en la difusión del trabajo técnico de ambas instituciones y, además, coincide con el 200 aniversario de la fundación de la Policía Nacional.

El acto reunió a 100 personas interesadas en patrimonio histórico. La inauguración y clausura del evento corrieron a cargo del Jefe Superior de Policía de Navarra, Don José María Borja y el Director General de Cultura-Institución Príncipe de Viana, Don Ignacio Apezteguía.

Intercambio de experiencias

La jornada contó con 9 presentaciones a cargo de especialistas en patrimonio histórico del Gobierno de Navarra, la Policía Nacional, la Fiscalía de la Comunidad Foral y el Arzobispado de Pamplona y Tudela.

Por parte de Policía Nacional, se explicó detalladamente la forma de trabajo y procedimiento de custodia en los traslados de obras de arte (TOAs) por parte de la Brigada Central de Protecciones Especiales, destacando las dificultades existentes en los tránsitos transfronterizos y la necesidad de establecer un protocolo común entre países europeos. Además, los responsables de la Brigada de Patrimonio Histórico expusieron sus herramientas de información y control de los bienes desaparecidos, su participación en diferentes operativos de control sistemático, los avances en inteligencia artificial para la localización de bienes robados o las dificultades del cibercomercio para el rastreo de transacciones ilícitas, todo ello ilustrado con numerosos casos prácticos.

En lo que respecta al Departamento de Cultura, Deporte y Turismo del Gobierno de Navarra, intervinieron representantes de distintas unidades para dar una visión general de la gran complejidad de la gestión patrimonial y del trabajo de conservación de los bienes culturales. En concreto, Jesús Sesma, arqueólogo, y Alicia Ancho, restauradora, técnicos ambos pertenecientes al Servicio de Patrimonio Histórico, se ocuparon de exponer la casuística del patrimonio arqueológico, del patrimonio mueble y de la ornamentación aplicada a inmuebles; mientras que Félix Segura, jefe de Sección del Archivo Real y General de Navarra, explicó la importancia de la protección del patrimonio documental; y  Juan Carlos Orenes, jefe de la Sección de Régimen Jurídico del Departamento de Cultura, Deporte y Turismo, abordó los aspectos legales.

Por otro lado, el Fiscal Delegado de Medio Ambiente y Urbanismo de la Fiscalía de la Comunidad Foral de Navarra, que tiene las competencias sobre patrimonio cultural, explicó el contexto normativo y proceso penal ante los delitos contra el patrimonio cultural.

Asimismo, Alejandro Aranda, responsable del área de patrimonio histórico del Arzobispado de Pamplona y Tudela, institución titular de gran parte de los bienes patrimoniales de la Comunidad Foral, plasmó los procedimientos establecidos y las dificultades encontradas en la custodia, conservación y protección del rico patrimonio navarro.

La Jornada finalizó con una interesante mesa redonda en torno a los temas tratados en la que el público asistente tuvo la oportunidad de preguntar y exponer sus diferentes puntos de vista. Entre las conclusiones más destacadas, cabe señalar tres ideas:

  • Necesidad de colaboración entre instituciones para proteger y defender el Patrimonio Histórico.
  • Concienciación, difusión y formación tanto a los titulares de los bienes como a la ciudadanía en general y a la población más joven en particular. Se debe conseguir que cale la idea de que el patrimonio no es, únicamente, responsabilidad de las instituciones.
  • Lo que no se conoce no se puede proteger: es preciso avanzar en inventarios y catálogos en formato digital que se puedan compartir entre los distintos responsables de la protección de los bienes culturales patrimoniales.

(Noticia del portal web de Cultura Navarra)

Pamplona Será la Sede del Congreso Nacional de Archivos 2024

El comité local del Congreso, presidido por la consejera Esnaola

Los próximos días 23, 24 y 25 de octubre, Pamplona acogerá el Congreso Nacional de Archivos 2024, una cita que organizan en esta ocasión conjuntamente el Ministerio de Cultura y la Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana del Gobierno de Navarra y que reunirá a profesionales y referentes en la materia con el objeto de conocer novedades e intercambiar experiencias. El Palacio de Congresos y Auditorio de Navarra Baluarte ha sido escogido como sede del Congreso, al que se espera que acudan 450 profesionales de los archivos españoles.

El secretario de Estado de Cultura, Jordi Martí, realizaba el anuncio de la elección de Pamplona como sede el pasado mes de marzo, momento a partir del cual se constituía formalmente el comité local del Congreso, presidido por la consejera de Cultura, Deporte y Turismo del Gobierno Foral, Rebeca Esnaola, y en el que participan representantes del Consejo Navarro de la Cultura y las Artes, Asociación de Archiveros de Navarra, Archivo Contemporáneo de Navarra, Archivo Real y General de Navarra, Archivo Judicial General de Pamplona, Archivo Municipal de Pamplona, Archivo de la Universidad Pública de Navarra, Archivo de la Catedral y Diocesano de Pamplona, Archivo de la Universidad de Navarra y Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra. Este comité actuará en funciones de enlace con el comité organizador y llevará la iniciativa en la atención a congresistas, así como la programación de visitas y otras actividades paralelas a lo largo de los días de celebración del Congreso, en la que colaborarán estudiantes de la Universidad de Navarra como una forma de acercamiento a los archivos y a la profesión archivística.

La cita servirá para abordar de manera conjunta los temas de mayor actualidad en el panorama archivístico nacional e internacional, centrados en cuatro ejes: multilingüismo, participación ciudadana, innovación y cooperación. Por otra parte, han sido invitados a desarrollar sesiones de puertas abiertas los numerosos grupos de trabajo colaborativos en materia archivística existentes en el país, como una estrategia para difundir sus objetivos y actividades y, al mismo tiempo, retroalimentarse con las aportaciones de otros profesionales y de la sociedad en general.

(Noticia de Actualidad del Portal Web del Gobierno de Navarra)

250º Aniversario de las Expediciones Españolas a Alaska (1774)

Mapa de la costa septentrional de California (golfo de Alaska) AGN,FIG_CARTOGRAFIA,N.583-1

En el último tercio del siglo XVIII, la llegada a España de noticias referentes a incursiones rusas en la costa del Pacífico de Norteamérica motivó el que a partir de 1774 se llevaran a cabo distintas expediciones destinadas a explorar y a afirmar la soberanía española sobre el territorio que, hasta entonces casi desconocido, hoy denominamos Alaska. La huella cartográfica de aquellas expediciones tiene una presencia singular entre la documentación custodiada en el Archivo Real y General de Navarra (AGN). Por ello, al cumplirse el 250º aniversario del inicio de aquel periodo, el AGN dedica su microexposición mensual a exhibir algunos de los documentos que custodia relacionados con la exploración de Alaska. Se trata de una muestra de pequeño formato, de acceso libre y gratuito, que permanecerá abierta en la galería baja del Archivo de Navarra todos los días del mes de abril de 10:00h. a 14:00h. y de 17:00h. a 20:00h.

Fue Antonio de Bucareli y Ursúa, virrey de Nueva España, quien en 1774 ordenó al experimentado navegante Juan Pérez Hernández la primera expedición a las costas de Alaska, consideradas entonces parte septentrional de California. Bucareli descendía por vía materna del afamado linaje navarro de los Ursúa, de cuya relevancia alcanzada a finales del siglo XVIII da idea el que su hermano Francisco de Paula ejerciera también de virrey, en este caso de Navarra, mientras su hermano mayor, José Francisco, ostentaba el mayorazgo de Ursúa y la propiedad de la casa-torre de Arizcun (Baztán), origen del linaje.

A esta primera expedición de 1774 le seguirían hasta el final del siglo una docena más cuyo legado ha permanecido en los nombres que hoy en día mantienen algunas localidades y accidentes geográficos de Alaska, como las ciudades de Córdova (sic) y Valdez, el glaciar Malaspina o la bahía de Bucareli, esta última bautizada así en honor del virrey por el viaje de exploración que en 1775 capitaneó Juan Francisco de la Bodega y Cuadra.

Pero es a otra expedición, a la dirigida en 1779 por el teniente de navío Ignacio de Arteaga y Bazán, a la que se refiere una serie de 4 mapas de la costa alasqueña que el AGN custodia como parte del fondo documental Barones de la Torre y en los que figura representado en el golfo de Alaska un accidente geográfico con el nombre de Bajo Pamplona.

Reciben el nombre de bajos o arrecifes aquellas áreas rocosas del lecho marino que se hallan sumergidas a muy poca profundidad y que, por ello, suponen un grave peligro para la navegación de los barcos, al poder hacerlos embarrancar y naufragar si no son vistos y esquivados.

En este sentido, fue la expedición de Arteaga de 1779 la primera que dio noticia del avistamiento de un peligroso bajo en el sector central del golfo de Alaska, y la que lo bautizó con el nombre de bajo Pamplona. Posteriormente, tras haber tomado conocimiento de su existencia por las fuentes españolas, la armada británica se referiría a este bajo como Roca Pamplona de los Españoles (Roca Pamplona of the Spaniards).

Sin embargo, un siglo después, cuando en 1867 Estados Unidos adquirió el territorio alasqueño y emprendió la exploración sistemática del área, todos los intentos por localizar el bajo Pamplona se revelaron infructuosos y el arrecife no pudo ser encontrado. Por ello, pese a que además del de Arteaga se tenía noticia de otro avistamiento posterior del bajo por parte de un buque ruso, se pensó que quizá lo que había visto la expedición de 1779 había sido en realidad un desprendimiento de hielo del cercano glaciar Malaspina o algún efecto o coloración temporal del agua que fue confundido con un arrecife. En consecuencia, el bajo Pamplona o Roca Pamplona de los Españoles fue eliminado de los mapas.

El misterio sólo empezaría a ser resuelto a mediados del siglo XX, cuando el avance de los medios técnicos para el conocimiento del relieve submarino permitió descubrir la existencia de un promontorio o cresta montañosa subacuática cerca de donde la expedición de Arteaga había ubicado al bajo Pamplona. Así, y aunque la parte más elevada de la cresta se encontraba sumergida a más de 100 metros de profundidad, se apuntó a la posibilidad de que a finales del siglo XVIII hubiera estado mucho más cerca de la superficie del mar, y que hubieran sido los frecuentes movimientos sísmicos de la zona los que luego la hubieran ido hundiendo. De este modo, para denominar a este promontorio submarino se recuperó el nombre con el que la expedición española había bautizado en 1779 al bajo que por entonces quizá constituía; siendo, por ello, conocido hoy como el promontorio o espolón de Pamplona (Pamplona Spur).