50º Aniversario de la Compilación de Derecho Civil Foral de Navarra (1973)

El 1 de marzo de 1973 fue promulgada la Ley 1/1973 por la que se aprueba la Compilación de Derecho Civil Foral de Navarra que, en atención a la terminología jurídica tradicional navarra, recibió también la denominación alternativa de Fuero Nuevo de Navarra. Su aprobación supuso la finalización del proceso de sistematización del derecho civil español alumbrado en 1889 con la aprobación del Código Civil e hizo que, desde entonces, el derecho civil foral navarro haya contado con un corpus coherente y actualizado que, periódicamente reformado, mantiene hoy en día su vigencia y aplicación.

De este modo, al cumplirse el 50º aniversario de la aprobación de la Compilación, el Archivo Real y General de Navarra (AGN) dedica su microexposición del mes de marzo a exponer al público algunos de los documentos referidos a la gestación de dicha norma. Es una muestra de pequeño formato, de acceso libre y gratuito, que permanecerá abierta en la galería baja del Archivo de Navarra todos los días, de 10:00h. a 14:00h. y de 17:00h. a 20:00h.

Los Apéndices Forales al Código Civil Español

Durante el siglo XIX el proceso de codificación de las distintas ramas del derecho español encontró en el campo del derecho civil el problema de la existencia en distintas partes del país de derechos forales regionales que gozaban en algunos casos de un intenso arraigo.

De este modo, cuando en 1888 las Cortes aprobaron la ley de bases que posibilitaría al año siguiente la aprobación del Código Civil, se previó en ella que, pese a disponer la aplicación general en todo el país de determinadas partes del Código, en aquellos territorios en los que existiesen derechos forales éstos se conservarían provisionalmente mientras se elaboraban unos apéndices en los que quedarían contenidos aquellos elementos de derecho civil foral de cada territorio que conviniera conservar.

Con ese mandato, en 1899 el Gobierno de la Nación dispuso que los territorios para los que deberían elaborarse apéndices al Código Civil serían Cataluña, Aragón, Navarra, Vizcaya, Mallorca y Galicia, encomendando a sendas comisiones especiales la elaboración de sus respectivos apéndices. La misma norma dispuso que, en el caso de Navarra, la comisión quedaría formada, además de por su presidente, por 5 vocales adicionales designados por la Diputación Foral y Provincial, por otro elegido por el Colegio Notarial de Pamplona y por otro más designado por el Colegio de Abogados de Pamplona.

La comisión así constituida presentó en 1900 su proyecto de apéndice. Sin embargo, el contexto político de principios del siglo XX hizo que la labor de elaboración de los apéndices quedara empantanada durante dos décadas y que sólo llegara a ser aprobado el apéndice de Aragón. Precisamente la aprobación del apéndice aragonés en 1925 hizo que en Navarra, tanto la Diputación como el Colegio de Abogados de Pamplona, retomaran los esfuerzos que fructificaron en un nuevo proyecto de apéndice publicado en 1930, pero que tampoco llegaría a ser aprobado.

Las Compilaciones de Derechos Civiles Forales

Sería tras la Guerra Civil y la celebración en Zaragoza en 1946 del Congreso Nacional de Derecho Civil cuando el proceso recibiera un nuevo impulso. Así, siguiendo lo acordado en la cita congresual, se propuso sustituir la vieja idea de confeccionar apéndices al Código Civil por la de elaborar auténticas compilaciones de los distintos derechos civiles forales existentes. El Gobierno acogió favorablemente la idea y procedió a dictar las normas para crear las nuevas comisiones compiladoras de los distintos territorios. En el caso de la comisión navarra la elección de sus miembros se dejó a la decisión de la Diputación, que designó para este menester a los vocales del Consejo de Estudios de Derecho Navarro.

El Consejo publicó en 1959 un primer Anteproyecto de Fuero Recopilado que, posteriormente, fue seguido de otro texto a iniciativa de varios juristas que finalmente fue asumido como proyecto definitivo por la comisión compiladora oficial y validado por la Diputación. Tras ello, y cuando ya habían sido aprobadas las compilaciones de todos los demás territorios forales, la compilación navarra sería definitivamente aprobada el 1 de marzo de 1973 mediante ley de la jefatura del Estado.

En 1975 y 1978 el Gobierno, mediante sendos decretos-leyes y previo acuerdo con la Diputación, modificó la compilación navarra a efectos de asegurar la igualdad entre hombre y mujer en el matrimonio y para fijar la mayoría de edad a los 18 años, respectivamente.

Una vez aprobada la LORAFNA y constituida la Comunidad Foral de Navarra, sería el Parlamento de Navarra el que en las décadas siguientes modificaría el contenido de la Compilación en distintas oportunidades, la última de las cuales tuvo lugar en 2019.

XII Curso de Formación de Usuarios

Un año más, el Archivo Real y General de Navarra ha organizado una nueva edición del Curso de Formación de Usuarios, cuyos objetivos son:

  • Difundir el patrimonio conservado en el archivo.
  • Explicar los servicios que presta.
  • Informar de las distintas posibilidades de investigación que ofrece.
  • Adiestrar en el uso de sus instrumentos de descripción.

Tendrá lugar los días 20, 22 y 24 de marzo, de 9 a 11 h. Ya está abierto el plazo de inscripción, el cual termina el 15 de marzo. Las solicitudes de inscripción deberán presentarse en la recepción del archivo, en horario de apertura de la sala de consulta, o por correo electrónico (pmonteas@navarra.es). Hay 18 plazas y se adjudicarán por sorteo. La inscripción es gratuita. Para más información, adjuntamos el díptico con el programa y la hoja de inscripción:

El Archivo de Navarra Registró en 2022 las Cifras Más Altas de Visitas y Documentos Digitalizados de su Historia

Fachada del Archivo Real y General de Navarra

El Archivo Real y General de Navarra superó el pasado 2022 por primera vez en su historia la cifra de 30.000 visitantes, con el registro de un total de 30.017 personas que visitaron el edificio y participaron en sus múltiples actividades. Las cifras del pasado año reflejan un considerable aumento en la asistencia a las exposiciones, las visitas guiadas y los cursos, derivado de la consolidación de una amplia oferta divulgativa durante el pasado año.

En el ámbito expositivo y divulgativo, el Archivo Real y General de Navarra consolidó su oferta como espacio de dinamización cultural y difusión histórica al acoger tres exposiciones temporales, además de una cuarta organizada por el Servicio de Patrimonio Histórico, nueve microexposiciones, dos ciclos de conferencias, dos conciertos y varias presentaciones de novedades editoriales. Además, ofreció una amplia oferta formativa gratuita a las personas usuarias, con cursos de formación y de paleografía, y actividades didácticas destinadas a los centros escolares de Navarra.

La exposición ‘Guardianes de piedra. Pasado y presente de los castillos de Navarra’ abierta durante los meses de verano, atrajo el interés de 8.286 personas, cifras similares a las exposiciones abiertas en otoño y dedicadas a ‘Rafael Moneo en Navarra’ y a ‘Agramonteses y Beaumonteses. La lucha de bandos que dividió el reino’, que todavía se puede visitar en la sala de exposiciones. Éstas y el resto de las actividades congregaron a un total de 20.717 personas atraídas por ciclos como el ’Otoño archimusical’, la ‘Semana Internacional de los Archivos’ o microexposiciones como las dedicadas al noveno centenario de los fueros de Sangüesa / Zangoza  y Puente la Reina / Gares, el centenario de la Plaza de Toros de Pamplona/ Iruña o el 40 aniversario del Amejoramiento del Fuero.

Apuesta por la digitalización

En cuanto a los trabajos técnicos realizados durante 2022, destaca la apuesta del Archivo Real y General de Navarra por la digitalización de documentos históricos, que también alcanzó una cifra récord. Durante el pasado año se digitalizaron 87.818 imágenes por planificación propia, además de otras 38.669 imágenes realizadas a petición de las personas usuarias que cursan peticiones de reprografía para sus investigaciones particulares y publicaciones. El Archivo Real y General de Navarra inició los programas de digitalización del patrimonio documental en el año 1998, cuando se dotó de un Servicio de Digitalización y Asistencia Técnica que ha venido funcionado de manera ininterrumpida hasta la actualidad. El avance constatado en este ámbito durante 2022 se debió en parte a la financiación recibida por el Ministerio de Cultura y Deporte para la digitalización de documentos de titularidad estatal, a través de los fondos Next Generation.

(Noticia del portal web de Cultura Navarra)

El Archivo de Navarra Prorroga la Exposición de Agramonteses y Beaumonteses

El Archivo Real y General de Navarra ha prorrogado la exposiciónAgramonteses y Beaumonteses. La lucha de bandos que dividió el reino” debido a la gran acogida que ha tenido entre el público. Cuatro meses después de su apertura, han sido más de 8.500 personas las que se han acercado hasta la cripta protogótica del antiguo Palacio Real de Pamplona para contemplarla. La exposición se mantendrá abierta hasta el 16 de abril.

La muestra ofrece un recorrido a través de 63 documentos datados entre los siglos XII y XIX sobre el enfrentamiento secular entre navarros de uno y otro signo, agramonteses y beaumonteses. Las vitrinas recogen aspectos como los orígenes del conflicto dinástico entre Juan II y su hijo el Príncipe de Viana, las raíces de la polarización social, la evolución de las fidelidades nobiliarias hasta el reinado de Fernando el Católico, los episodios de traición y odio derivados del enfrentamiento encarnizado que protagonizaron ambos bandos nobiliarios o el posicionamiento de ambas facciones en hitos como la conquista del reino de 1512, la batalla de Noain de 1521 o la toma de Amaiur en 1522.

La prórroga de la exposición permitirá seguir disfrutando de actividades como la audioguía, de descarga libre en los dispositivos móviles a través de código QR, la guía infantil para acercar algunos de los elementos de la muestra a todos los públicos o las visitas guiadas gratuitas que tienen lugar los sábados previa reserva en el teléfono 848 42 46 67.

La exposición “Agramonteses y Beaumonteses. La lucha de bandos que dividió el reino” puede visitarse en la cripta protogótica del Archivo Real y General de Navarra todos los días de la semana de 10:00 a 14:00h y de 17:00 a 20:00h, incluidos fines de semana y festivos hasta el 16 de abril de 2023. 

(Noticia del portal de Cultura Navarra)

El Archivo de Navarra Incorpora el Fondo Documental del Director de Teatro Valentín Redín

Chon Marcotegui, cónyuge y destacada compañera de Valentín Redín en su actividad teatral, ha donado al Archivo de Navarra un importante fondo documental que es muestra representativa de la personalidad de Valentín Redín como figura señera del panorama escénico de Navarra.

El fondo donado está compuesto por una muestra documental de la actividad de Valentín Redín como director teatral (ámbito en el que destacó especialmente), actor y dramaturgo, que incluye creaciones propias, como Yo, Leonor y Luz de ensayo, y adaptaciones, como Javier. El divino impaciente, sobre San Francisco Javier, además de producciones de ópera como L’Elisir d’Amore. Junto a los textos de obras propias y adaptaciones, existe una  amplia tipología de documentos correspondientes a cada una de las representaciones, que incluye cuadernos de ideas, libretos, correspondencia, documentos de trabajo, dosieres de espectáculos, elementos de utilería, cuñas de sonido, material de trabajo para vestuario, escenografía, figurines, atrezzo y luces, música notada e impresa, cuadernillos de canciones y temas musicales, fichas técnicas, inscripciones en el Registro de la Propiedad Intelectual, autorizaciones para representaciones, cesiones de derechos, contratos, calendarios de actuaciones, calendarios de trabajo y listados de participantes, bocetos, programas de mano y carteles, publicaciones, presentaciones de montajes, currículos, contactos e invitaciones, recortes de prensa, presupuestos y contabilidad, facturas y recibos.

El fondo incorpora además un número significativo de grabaciones audiovisuales y fotografías, correspondientes a las representaciones en las que participó, y una colección de fotografías de principios del siglo XX de diversos montajes teatrales, cabalgatas en Pamplona e imágenes relacionadas con la Institución Cunas.

Una vez ingresado el fondo en el programa de Archivo de la Música y de la Artes Escénicas, el Archivo Real y General de Navarra ha iniciado ya su tratamiento archivístico al objeto de ponerlo a disposición de la ciudadanía.

El sello de El Lebrel Blanco

Valentín Redín Flamarique (Pamplona, 24 de enero de 1943 – 18 de enero de 2010) destacó como gran director de teatro, además de actor y dramaturgo. Se inició de niño en el mundo escénico, en los montajes de cuentos infantiles que realizaba la Institución Cunas en el Teatro Gayarre durante las fiestas de Navidad. Su vinculación al teatro continuó durante su formación en el Instituto Ximénez de Rada y en las producciones universitarias de la década de 1960.

En 1970 fundó la compañía de teatro “El Lebrel Blanco”, calificada como la más importante de la historia del teatro navarro, cuya trayectoria arrancó en 1971 en el ámbito del teatro infantil, con la representación de El violín encantado, del Padre Carmelo, a la que siguieron adaptaciones de cuentos de Francis Bartolozzi, hasta llegar en 1973 al teatro para adultos con montajes como Yerma, de García Lorca. Con ella llevó a escena obras escritas por Patxi Larrainzar, en las que se plantean cuestiones políticas que en ese momento dividían a la opinión pública, como Carlismo y Música Celestial, Utrimque Roditur y Navarra sola o con leche.

En 1976 Valentín Redín consiguió el Premio a la mejor dirección nacional, otorgado por el diario El País por la obra 1789 o La ciudad revolucionaria es de este mundo, calificada como el mejor espectáculo del año en todo el Estado.

Valentín Redín destacó durante toda su trayectoria como un gran director de escena, con extraordinario éxito de crítica y público en los numerosos montajes que impulsó de la mano de El Lebrel Blanco y otras formaciones, y también demostró ser un extraordinario gestor y animador cultural bajo el amparo de las administraciones públicas. En 1994 fundó la Compañía Titular del Teatro Gayarre de Pamplona llevando a escena montajes como Celos en el aire, La ratonera, Peribáñez y el comendador de Ocaña, Dina la cerillerita o Crimen perfecto. Más tarde fundaría “Lebrel Blanco Producciones” para sus propios montajes, como Luz de Ensayo, que estrenó en 2006.

En los años 90 colaboró con la Asociación Cabalgata de los Reyes Magos de Pamplona para la escenografía y trajes y con grupos de teatro escolares como el del Instituto Navarro Villoslada.

Impulsor del teatro desde el servicio público

Fue funcionario del Ayuntamiento de Pamplona y ocupó distintos puestos en las áreas de Protocolo y Cultura del consistorio pamplonés. Entre 1991 y 1995 dirigió la oficina de información, fue jefe de Protocolo del Ayuntamiento y en 1995 asumió la dirección del área de Asuntos Culturales. Desde allí impulsó la recuperación del Teatro Gayarre que, a pesar de ser de propiedad municipal, era gestionado por una empresa privada. Se creó entonces la Fundación Municipal Teatro Gayarre de la que fue su primer gerente, abriendo el teatro a la ciudad con una programación variada y regular. También fue Jefe del Servicio de Actividades Culturales de la Institución Príncipe de Viana hasta 1983, siendo el responsable de la creación en 1981 de los Festivales de Olite. Más tarde, por encargo del Gobierno de Navarra, creó un montaje para la Exposición Universal de Sevilla de 1992 Ama Lur con teatro, danza y música sobre folklore de la tierra. En 1999 pasó al Parlamento de Navarra como jefe de gabinete del presidente José Luis Castejón (1999-2003). Volvió al Ayuntamiento de Pamplona, de cuyo departamento de Turismo se jubiló en 2006.

Chon Marcotegui y Valentín Redín en una escena de Cenicienta
(Teatro Gayarre, 27 de enero de 1974)

(Noticia del Archivo de la Música y de las Artes Escénicas de Navarra)

El archivo familiar de los Marco Garmendia, de Ochagavía, llega al Archivo de Navarra

El Archivo Real y General de Navarra ha recibido en donación el archivo y biblioteca de la familia Marco Garmendia, de Ochagavía. Los documentos y libros, datados entre los siglos XVI y XX, se encontraban en la casa familiar, denominada Casa Coleto, donde habían sido conservados a lo largo de generaciones hasta la actualidad.

La donación ha sido realizada por los hermanos Marco García-Mina – junto con dos sobrinas- hijos de José María Marco Garmendia, último descendiente de Casa Coleto, y de María Soledad García-Mina Oraá. 

Archivo y biblioteca

El fondo “Familia Marco Garmendia” está compuesto por documentos datados entre los siglos XVI y XX que se conservan en 22 cajas de archivo. Dos de ellas contienen escrituras notariales como testamentos, contratos matrimoniales y compraventas de propiedades. La documentación más significativa es la producida por la familia Mancho entre 1750 y 1830, como la correspondencia mantenida con comerciantes franceses de Olorón y San Juan de Pie de Puerto sobre la venta de lanas. Existen títulos de los diversos cargos ejercidos por miembros de la familia en el Ayuntamiento de Ochagavía o en la junta del valle de Salazar, además de títulos militares y libros de cuentas de la administración de Casa Coleto de los siglos XVIII y XIX.

El fondo documental incluye mapas y planos coleccionados durante los viajes de la familia por Europa y estampas de carácter religioso y devocional. También se ha recibido la colección musical familiar, compuesta por partituras de obras vocales y para piano solista que abarcan desde música litúrgica hasta métodos de piano, canción ligera y obras de los autores más representativos del siglo XIX. También incluye una colección de discos de una amplia variedad, con composiciones sinfónicas. Por último, destaca la importante biblioteca patrimonial formada a través de las distintas generaciones de la familia, compuesta por 629 monografías impresas entre los siglos XVI al XX con títulos de derecho, historia, geografía, literatura, filosofía, religión y espiritualidad, sin olvidar otros relativos a Navarra principalmente histórico-jurídicos, además de una colección de folletos de viajes y una variada selección de revistas y prensa antigua.

En estos momentos, personal técnico del Archivo Real y General de Navarra está finalizando el proceso de organización del fondo documental Marco Garmendia. La biblioteca patrimonial ya ha sido catalogada y su contenido puede conocerse a través de los inventarios disponibles. 

Todas las personas interesadas en entregar en donación documentos susceptibles de formar parte de los fondos del Archivo Real y General de Navarra pueden contactar con los responsables de la institución a través del teléfono 848 42 46 23.

Casa Coleto

La conocida como Casa Coleto, de Ochagavía, ha acogido a varias generaciones de una misma familia cuyos miembros ostentaron apellidos como Mancho, Urzutialde, Landa, Garmendia y Marco. Destaca en primer lugar la familia Mancho, documentada desde el siglo XVIII, vinculada a la familia Urzutialde en la primera mitad del siglo XIX a través del matrimonio de Gabriel Antonio Mancho, heredero de casa Mancho, con Mª Bernarda de Carlos Urzutialde, sobrina de Joaquín Carlos Urzutialde llamado “el Coleto”. A lo largo del siglo XIX varios miembros de la familia Mancho emigraron a América, se convirtieron en mecenas de la ermita de Muskilda y contribuyeron al mantenimiento de Casa Coleto. Es el caso de León Mancho de Carlos, emigrante a Nicaragua y socio de la mercantil Mancho, Pons y Compañía. La muerte del heredero Juan Ángel Mancho de Carlos en la primera Guerra Carlista hizo que Casa Coleto y sus propiedades recayeran en su hija Carlota Mancho Ciraco, casada con Pedro Antonio Landa, participante en las dos guerras carlistas y hermano del boticario de Ochagavía.

En la siguiente generación se produjo la unión de los Landa Mancho con los Garmendia a través del matrimonio de Lucía Landa Mancho con Tomás Garmendia Biurrun, médico de Ochagavía y de la Casa de Socorro de Pamplona. Esta unión supuso el traslado a Pamplona del núcleo principal de la familia, que mantuvo una fuerte presencia en Casa Coleto pero abandonando ya las actividades tradicionales ligadas a la propiedad de rebaños de ovejas que bajaban a pastar a las Bardenas. Uno de los hijos del matrimonio, Tomás Garmendia Landa, licenciado en Medicina en Madrid en 1909, es conocido por haber ampliado estudios en Berlín y desempeñar el puesto de jefe de la sección de química de la Escuela Nacional de Sanidad en Madrid. Su hermana Isabel Garmendia Landa contrajo matrimonio con el roncalés Florencio Marco Pérez, registrador de la propiedad, vinculando el apellido Marco a la casa familiar. Florencio Marco e Isabel Garmendia son los abuelos de los actuales donantes.

(Noticia del portal web de Cultura Navarra)

La familia donante en la biblioteca del Archivo de Navarra

El Archivo de Navarra Dedica su Microexposición de Febrero a la Peste Negra

Cuando se cumplen 675 años de la llegada de la epidemia de Peste Negra a Europa, el Archivo Real y General de Navarra dedica su microexposición de febrero a exponer al público algunos de los documentos que custodia relativos a aquellos dramáticos sucesos. En concreto, en esta microexposición se exhiben varias páginas de los registros contables de la Cámara de Comptos que revelan la extrema mortandad que sacudió el reino de Navarra desde el mismo año de 1348.

La microexposición “675 años de la Peste Negra (1348)” es una muestra de pequeño formato, de acceso libre y gratuito, que permanecerá abierta en la galería baja del Archivo de Navarra todos los días del mes de febrero de 10:00h. a 14:00h. y de 17:00h. a 20:00h.

Llegada temprana

La peste bubónica es una enfermedad muy contagiosa y mortal causada por un bacilo descubierto en los albores del siglo XX. Propia de los roedores, pasaba a los humanos a través de las picaduras de las pulgas de las ratas. Tras una breve incubación, la infección se extendía rápidamente, provocando hemorragias bajo la piel, dando a los cuerpos un color negruzco –de ahí su nombre– y causando la muerte casi en todos los casos. Ante ella, la población estaba completamente indefensa. No conocía la naturaleza de la enfermedad, ni el medio por el que se contagiaba ni, por supuesto, la forma de combatirla.

A comienzos de 1348, procedente de Asia, la peste llegó a los puertos italianos y comenzó a propagarse por tierras europeas. Para la primavera de ese año ya había llegado al reino de Navarra desde el norte de los Pirineos. Venía precedida por unos años de malas cosechas, el hambre se enseñoreaba de los campos y ciudades navarras y, tal vez por ello, su difusión fue muy rápida. Y no sólo en las grandes poblaciones como Pamplona, Tudela o Estella. Debido a la tupida red de pequeñas aldeas, unas muy cercanas a otras, ningún rincón de Navarra se libró de la que llamaron “muerte negra”. Desnutrida y desarmada ante la enfermedad, la sangría humana fue terrible.

Rápida extensión por todo el reino

En una población como la navarra, debilitada por el hambre de los años anteriores, sin medidas higiénicas de ningún tipo y donde la medicina era puro curanderismo, la mortalidad fue escalofriante. La documentación histórica acredita la despoblación causada de norte a sur, de este a oeste. Por doquier, pueblos vacíos, campos sin cosechar, molinos abandonados, juicios interrumpidos por la muerte de los litigantes… Los datos de los recaudadores del rey indican que en un año, bajo los golpes del hambre primero y de la enfermedad después, pudo desaparecer casi la mitad de los navarros.

Los documentos expuestos en la microexposición demuestran que las casas de Pamplona se quedaron sin alquilar, los baños de Tudela no pudieron tributarse, los campos no pudieron cosecharse en verano “por razón de la gran mortandad”. En Arellano nadie quería labrar las viñas porque la población había muerto en su mayoría, la mayor parte de los pecheros de Zariquegui “murieron en la mortandad” y los supervivientes pedían que se les perdonaran las cargas e incluso la vigilancia de la frontera guipuzcoana con el reino de Castilla había decaído “por la mengua de las gentes”.

Al principio, convencidos de que la epidemia era un castigo divino, la población buscó el perdón de Dios y el auxilio del cielo. El recibidor de la merindad de la Ribera, en otro documento expuesto en esta ocasión, se lamentaba de que la mortandad había acontecido “por ordenanza de Dios”. Más adelante advocaciones como San Sebastián y San Roque cobrarían fama como protectores contra la peste. Pero las congregaciones en iglesias y procesiones sólo favorecieron la extensión de la enfermedad. Así que, por pura experiencia, pronto intuyeron que lo mejor era separarse y huir, porque, cuando la enfermedad se declaraba, ya no había remedio. Había que “irse pronto, hacerlo lejos y volver tarde”.

Resultado: desolación en Navarra

Navarra tardaría más de cuatro siglos en recuperar la población anterior a la Peste Negra. Pero además de despoblación, la epidemia causó una gran crisis económica, política y social. El desastre demográfico y económico obligó a la corona a perdonar impuestos y cargas. Un año después, en 1349, el recibidor de la merindad de Sangüesa declaraba en su registro contable que los pueblos estaban muy destruidos y empobrecidos. Muchas localidades se abandonaron para siempre, la actividad económica se paralizó y una enorme oleada de criminalidad se apoderó del campo navarro. Sin embargo, también abrió nuevos horizontes a los supervivientes, que encontraron un medio de prosperar en el vacío humano causado por la Peste Negra.

A finales de 1348, la epidemia se daba por terminada. Entre sus víctimas, la propia reina de Navarra, Juana II de Evreux. Habría sido posible, como había ocurrido en crisis anteriores, que la población navarra se recuperase. Pero en los años siguientes la enfermedad no dio ningún respiro. Regresando casi cada diez años, se convirtió en asidua visitante del reino y de Europa. Pero también es justo reconocer que la lucha contra la enfermedad sentaría las bases de la sanidad pública, de la higiene urbana, de la colaboración sanitaria internacional y de la investigación médica. Además de su profundo impacto en la cultura y en las mentalidades, ese fue el principal legado de la Peste.

Páginas de un registro de Comptos con información de la Peste Negra

El Archivo de Navarra Organiza un Ciclo de Conferencias sobre Agramonteses y Beaumonteses

El Archivo Real y General de Navarra ha organizado un ciclo de conferencias sobre Agramonteses y Beaumonteses, compuesto por tres charlas, que tendrá lugar durante este mes de febrero.

Se trata de un ciclo de conferencias especializadas que se ha programado con el objetivo de ampliar la información de la exposición “Agramonteses y Beaumonteses. La lucha de bandos que dividió el reino”.

La exposición, inaugurada el pasado 26 de octubre, está causando gran interés entre el público en general, siendo más de 7.000 personas las que la han visitado hasta el momento. La muestra, que estará disponible hasta el 26 de febrero en la cripta protogótica del Archivo de Navarra, trata sobre un conflicto social y político de la historia de Navarra muy poco estudiado y por lo tanto desconocido. 

El ciclo de conferencias que tendrá lugar durante el mes de febrero, pretende ampliar la visión del tema, de la mano de dos historiadores y una historiadora especializados en este conflicto.

Ciclo de conferencias

El martes 7 de febrero iniciará el ciclo de conferencias Íñigo Mugueta Moreno, profesor titular de Historia Medieval de la Universidad Pública de Navarra y comisario de la exposición, con una conferencia sobre “Agramonteses, Beaumonteses y sus conflictos con las comunidades rurales navarras (1450-1507)”

El miércoles 15 de febrero, Isabel Ostolaza Elizondo, catedrática en Ciencias y Técnicas Historiográficas y académica correspondiente de Navarra de la Real Academia de la Historia, centrará su conferencia en el tema “De la guerra a la paz: la vida de los navarros y la normalización de las relaciones entre los antiguos bandos” con una especial dedicación a situación en la cuenca del Baztán-Bidasoa.

La última de las conferencias programadas tendrá lugar el miércoles 22 de febrero y correrá a cargo de Fernando Chavarría Múgica, profesor de Historia Moderna de la Universidad de Alcalá, que se centrará en una etapa posterior y más desconocida de la rivalidad preguntándose “¿Qué pasó con las parcialidades navarras? Agramonteses y Beaumonteses en tiempos de los Austrias (1524-1628)”.

Las tres charlas tendrán lugar a las 19h. en el salón de actos y serán de acceso libre hasta completar aforo.

Detalle de la exposición

(Noticia de Actualidad de la web de Cultura Navarra)

Un Millar de Fotografías Históricas de Arantza Han Sido Donadas al Archivo de Navarra

Mujeres en un maizal

El Archivo Real y General de Navarra ha recibido en donación el fondo fotográfico ‘Lucio Vergara’, que reúne un total de 1.035 fotografías inéditas de la localidad de Arantza, datadas en el primer tercio del siglo XX.

Las imágenes, en placa de vidrio, fueron realizadas por Lucio Vergara a comienzos del siglo pasado y durante décadas se conservaron en la casa familiar de la localidad. Ahora dos de sus hijas, María Josefa y Juana María Vergara Oñativia, las han entregado en donación al Archivo de Navarra, donde se han incorporado al programa Fototeca de Navarra.

Fondo fotográfico

El fondo ‘Lucio Vergara’ está formado por 1.035 placas de vidrio de gelatino bromuro, en su mayoría de medidas 13×18 cm, 9×13 cm y 6×9 cm, con una temática variada en la que predominan fotografías de grupos (familias, bodas, grupos de amigos y amigas), retratos (hombres, mujeres, parejas), fotos de comuniones y eventos de la localidad (fiestas, procesiones). Las imágenes denotan un trabajo meticuloso de composición de la escena, algo que, según sus familiares, cuidaba mucho. Sus fotografías, sobre todo tipo de eventos, familiares y públicos tanto cívicos como religiosos, reflejan la vida de las primeras décadas del siglo XX en la localidad y suponen un testimonio gráfico de gran valor para la reconstrucción de la historia de Arantza.

El fondo se conservó durante décadas en el desván de la casa familiar Gartxinea en Aranaz, gracias, en gran parte, a su sobrina María Vergara Vergara, hija de Gabriel Vergara (hermano de Lucio) y de Josefina Vergara, que conservaron este legado tal y como lo dejó su autor, en una pequeña caseta de madera construida por él mismo en el desván y que utilizaba como laboratorio casero. En este cubículo se guardaron las cajas con las placas fotográficas de vidrio, frascos con químicos y otros utensilios necesarios para el revelado fotográfico. En 2016, Ángel Murua Iñurritegi, gran aficionado a la fotografía, y su mujer María Rosario Alústiza Vergara, hija de María Pilar Vergara y nieta de Lucio Vergara, tras hablar con María Vergara, recibieron permiso para recuperar todo aquel material. Lo trasladaron a su domicilio en Legazpi (Gipuzkoa) donde pudieron limpiarlo, clasificarlo y escanearlo.

Con respecto al millar de fotografías navarras de Lucio Vergara que han pasado a custodiarse en el Archivo Real y General de Navarra, en estos momentos se va a proceder a su digitalización en alta calidad para su posterior descripción y catalogación, de manera que puedan ser objeto de consulta por parte de la ciudadanía. Este fondo fotográfico se une así a otros 85 fondos fotográficos que ya conserva la institución, 26 de los cuáles son de fotógrafos, aficionados y profesionales y que conforman el núcleo de la Fototeca de Navarra. Las personas interesadas en donar fotografías que puedan ser susceptibles de incorporación a la Fototeca de Navarra pueden ponerse en contacto con el personal técnico del Archivo de Navarra a través del teléfono 848 42 46 23.

El autor: ebanista y fotógrafo aficionado

Lucio Vergara Machicote (Aranaz, 6 de julio de 1892 – Legazpi, 4 de agosto de 1978) fue ebanista y fotógrafo aficionado. Estudió en la Escuela de Artes y Oficios de Donostia / San Sebastián y trabajó en Aranaz en el taller de carpintería de su padre. En 1920 contrajo matrimonio con Felicitas Oñativia, natural de Urretxu (Gipuzkoa) y maestra en la escuela de Aranaz. El matrimonio, que tuvo cinco hijos e hijas, se trasladó en 1930 a Legazpi, donde ella siguió ejerciendo de maestra y él trabajó en la fábrica Patricio Echeberría S.A. hasta su jubilación.

Su familia en Aranaz regentaba un comercio donde se vendían productos de alimentación y tejidos, que estaba ubicado en el bajo de la casa Gartxinea (Goiko Karrika, 3)

En documentos oficiales consta que en 1926 Lucio Vergara era concejal del Ayuntamiento de Aranaz y que en 1937 ejercía de juez municipal de Legazpi. (Noticia de Actualidad del portal web del Gobierno de Navarra)